La teoria urbana hace hincapié en la posición privilegiada de las ciudades como locus de transformaciones políticas. Precisamente, las ciudades en Occidente tienen una larga tradición histórica de participación que se traduce en activismo, protesta y reivindicación. Desde la Edad Media hasta el presente, los principales cambios que los Estados Modernos han sufrido, se han gestado en ciudades. Gracias a ello, las ciudades lograron crear espacios de elección de autoridades, derechos civiles y laborales, políticas de inclusión que incluyen vivienda, servicios básicos, seguridad, y mas participación política. No por nada la cuestión urbana fascina por el potencial de transformación y de creación de ideas de diversa índole.
Quienes se movilizan e intentan crear plataformas ciudadanas, lo hacen porque buscan defender un proyecto de ciudad y por ende, de sociedad. En el caso de Santa Cruz de la Sierra, uno de los momentos mas importantes en la historia política urbana fueron las luchas cívicas del 11% en 1959. A raíz de ello, se logró crear un modelo de ciudad basado en valores especificos: cooperativismo y servicios basicos.
Si bien este modelo tuvo amplia vigencia, las reformas neoliberales lo destruyeron. Desde la década de 1990, la ciudad se encuentra carente de propuestas políticas de cambio. Por supuesto, no ayuda la ausencia de institucionalización de la administración publica local, la carencia de políticas de desarrollo que incluyan indicadores urbanos, defensa de los derechos ciudadanos, las prácticas clientelistas enraizadas en las juntas vecinales y el menosprecio a la planificación.
El resultado es una ciudad en donde la critica se prohibe, produciendo en consecuencia una ciudad embargada. Las autoridades corruptas y despóticas persiguen sus propios intereses económicos sumidos en una espiral de negociados. Los resultados están a la orden del día: el despojo ilegal de sus puestos a concejales electos, despidos forzosos para complacer al presidente por motivo de reclamos legítimos, arbitrarias políticas de crecimiento urbano sin justificación, constantes ataques a la prensa y a la ciudadanía.
En este contexto, el conflicto por la Quinta Municipal cobra un lugar estratégico. Podrá la ciudadanía responder al desafío de luchar por el bien común? Entenderemos como cruceños lo que está aquí en juego? Basta de atropellos y de arbitrariedades. Basta de lucrar a costas de quienes viven y creen en Santa Cruz con la excusa de ser "servidores y amigos". Nuestra ciudad se merece más que eso. O no?