EL DEBER me pidió que escriba sobre los resultados de la Encuesta de Percepción. La Desigualdad en Diez Ciudades Latinoamericanas 2012 (EPDdCL). Lastimosamente, lo que escribí se editó y decidí incluir el texto completo a continuación:
La
desigualdad se entiende en función al sistema económico dominante: el
capitalismo. Todo sistema capitalista se basa en la creación de relaciones
desiguales entre el trabajador y el empleador. Ya que las ciudades son los
centros neurálgicos del desarrollo capitalista, la desigualdad urbana es un
problema constante, aunque su severidad variará en el tiempo.
Existen
diversas maneras de lidiar con la desigualdad. Desde círculos académicos, el
estudio de la desigualdad pasa por su medición científica: sistemas de
estratificación basados en la distribución de la riqueza. En algunos casos, se
parte del salario mínimo y el análisis de la situación ocupacional. En otros,
en las necesidades básicas insatisfechas. Con datos censales, se detectan lógicas
de ocupación espacial y tendencias de crecimiento según el ingreso familiar.
Desde
el ámbito político, la ideología o visión de desarrollo de los gobernantes
incidirá en el tratamiento que las políticas contra la desigualdad tendrán. ¿Se
basarán en doctrinas liberales o generarán tendencias de distribución
equitativa? ¿Se considerará la desigualdad un problema prioritario a combatir o
no? Los gobiernos locales inciden directamente en la generación de estrategias
de crecimiento urbanístico, económico y social. A mayor descentralización e
instrumentos de planificación urbana, más notorio se convierte el rol de las
alcaldías en la promoción de crecimiento de una ciudad.
Desde
la aplicación de las políticas neoliberales, en el mundo se acumularon estudios
que demostraban que la desigualdad estaba convirtiéndose en un problema cada
vez mayor. La década de 1990 en particular, tuvo como resultado ciudades con
brechas históricas entre ricos y pobres. Siendo América Latina una de las zonas
con mayores niveles de desigualdad, corroborar su existencia no es novedoso. Lo
que sí es un fenómeno nuevo, es que la insatisfacción que ésta produce está
creciendo, y se evidencia en las protestas exigiendo mejores servicios urbanos.
El
estudio realizado sobre la percepción de la desigualdad en Santa Cruz ofrece
una mirada preliminar a la realidad cruceña. Los habitantes de la ciudad no ven
la desigualdad como un problema prioritario. Esto puede deberse a una serie de
factores, como el crecimiento económico y la falta de regulación en la cosa
pública, alimentando la idea de que aun existen grandes oportunidades
económicas y de iniciativas individuales. Mientras persista una sensación
colectiva de bienestar o de satisfacción, el conflicto no prospera, lo que
lleva a mantener los niveles de optimismo. Otro aspecto a resaltar es el
vínculo que las personas realizan entre la desigualdad y problemas cotidianos:
el conflicto social, la seguridad, la convivencia con otros y la confianza
entre ciudadanos, lo que demuestra que se establece una relación de causa y
efecto.
Es
importante señalar dos cuestiones. La primera es la desigualdad como hecho: aceptar
que ésta existe es importante, mientras concibamos que su disminución es una meta
a cumplir. Pero para abordar la desigualdad no basta sólo con su percepción
como problema. Hay que comprobar dónde se localiza, cuáles son sus causas
reales y definir estrategias para combatirla. Para ello, la percepción no es
suficiente, necesitando más estudios y el manejo de herramientas de
planificación que profundicen en ello.
La
segunda cuestión es la finalidad de esta encuesta. La medición de percepción
social respecto a hechos o problemas urbanos es particularmente importante para
los gobiernos locales. Ya sea desde el ejecutivo, (manejando indicadores censales
para la elaboración de políticas públicas) o desde el legislativo (mediciones
sobre la percepción ciudadana sobre temas determinados), los gobiernos locales
utilizan estos datos para que sus políticas se apeguen a la realidad y a la
opinión pública. Los sectores críticos del poder local percibimos un rechazo a
este tipo de iniciativas (recuérdese la creación del Instituto de Planificación
Urbana, hoy paralizado), lo que pone en duda su utilidad inmediata.
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Sobre la Encuesta de Percpecion: