domingo, 18 de enero de 2015

Entre la tradición y la modernidad: analizando Santa Cruz de la Sierra en la era pre-Techint

Muchos consideran la ciudad de Santa Cruz de la Sierra como una ciudad nueva. Casas, edificios, barrios y zonas enteras parecen haberse erigido hace apenas unas décadas atrás. Si bien esto puede parecer cierto desde el punto de vista del desarrollo urbano producido a partir de 1950 en adelante, esta afirmación no es del todo precisa. De hecho, existe una historia poco estudiada respecto a la ciudad tradicional, la ciudad en la era pre Plan Techint.

Es indiscutible reconocer que el Plan Techint marcó un hito importantísimo en la historia de la ciudad. Este plan definiría para siempre el diseño urbano de Santa Cruz de la Sierra. El tipo de urbanismo propuesto en el Techint se centró en el modelo de la ciudad jardín. Además de dar los lineamientos básicos de diseño -que valga reconocer, se modificarían posteriormente- este plan contuvo una propuesta de urbanismo en donde determinadas ideas, como la de justicia social y acceso a la ciudad fueron incluidas y plasmados en su dimensión socio-espacial. Este aspecto urbanístico es vital para entender el éxito de la ciudad como centro urbano en las décadas siguientes. 

Al estudiar el ejido urbano en la era pre Techint, varios elementos saltan a la vista. Partiré de los más evidentes. Por ejemplo, algunas zonas en proceso de formación de la entonces periferia (fuera del actual Primer Anillo), tenían una densidad poblacional mayor a 50 habitantes por hectárea, entre los rangos de 51 a 100 hab/ha. y 101 a 200 hab/ha. En concreto, hacia el Este se puede citar la zona alrededor del Cementerio General, que incluye el antiguo Barrio Obrero, hacia el Norte el barrio Paraíso, al Sur El Trompillo y El Pari, y hacia el Oeste el entonces naciente barrio San Luis al igual que otros más. Esto es una clara indicación de los patrones históricos de crecimiento hasta 1956, determinando barrios y secciones relativamente ocupadas y consolidadas antes de la implementación del plan que modernizaría la ciudad. Asimismo, Lazareto y El Tao ya existían, al igual que otros asentamientos en la prolongación de las avenidas Busch, Cristo Redentor y alrededores del barrio Polanco, con densidades más bajas. 

Un segundo aspecto a resaltar es la relación entre la ubicación de los entonces dos únicos mercados (Los Pozos y 7 Calles) y las altas densidades por hectárea de sus zonas circundantes. A esto se debe añadir al análisis la ubicación de tambos, las viviendas de las clases populares. Entre las principales características de este tipo de vivienda se incluye el hacinamiento. Sus ocupantes, carentes de vivienda propia, debían convivir en espacios reducidos con otros que compartían la misma situación. Los Pozos contaba con los tambos Moreno, Jimenez, Ribera y Cosmini en su zona de influencia. En el caso del 7 Calles, se encontraban los tambos Rojas, Vega y García. Asimismo, puede evidenciarse que durante el transcurso de la década entre 1946 y 1956, se consolidaría una nueva área con un patrón de asentamiento irregular en las zona del antiguo matadero, hoy conocida como La Ramada. Para 1956, la densidad por hectárea en la mayoría de las manzanas que componen esta zona era ya alta. Otras áreas de alta concentración poblacional fueron la intersección entre las calles Buenos Aires, Santa Bárbara y España, donde se localizaban los tambos Altos y Campodómico. Lo mismo sucedía en la calle Cochabamba, entre Salvatierra y Moldes, que coincide con el tambo Bruno, que contaba con uno de los niveles más altos de hacinamiento entre todos los tambos registrados. Por último, también pueden citarse los tambos ubicados entre las calles Campero y Abaroa, como los tambos Rivero, Murucuyá, Herrera, Comercio, Acosta, Añez, Sosa y Pedraza.

La mayor parte del área ubicada dentro del actual Primer Anillo registraba densidades mayor a los 51 habitantes por hectárea. De hecho, apenas un aproximado 19% de las manzanas contenidas en la zona central contaba con una densidad menor a este rango, lo que se podría considerar como zonas con baja densidad. Es más, 16% se encontraba entre los 51 y 100 habitantes por hectárea (densidad media), 47% oscilaba entre los 101 y 200 habitantes por hectárea, 17% se encontraba entre la franja de 201 y 300 habitantes por hectárea mientras que menos del 1% registra una densidad de 300 habitantes o más por hectárea. Esto indica que alrededor del 65% del área dentro del Primer Anillo actual registraba una concentración poblacional de 101 habitantes por hectárea o más. Considerando que la tipología de vivienda predominante era la vivienda unifamiliar aislada o parcelada, de una planta, se puede deducir la existencia de hacinamiento medio y alto en este espacio. 

Pueden generarse mayores abordajes y elementos de análisis en base al presente mapa de densidades registrado por los estudios de Boyle Engineering en 1956. Documento de alto valor para los estudios urbanos, ésta es una fuente que merece ser rescatada y desmenuzada con atención. Re-conocer la ciudad y sus procesos es una tarea pendiente. Aunque estamos acostumbrados a asociar la ciudad de Santa Cruz con un crecimiento vertiginoso, con ansias increíbles de cambio, mutación y transformación, a veces es necesario reflexionar respecto a los aspectos de nuestro pasado. Quizás logremos reivindicar no sólo elementos socio-culturales y arquitectónicos generalmente obviados, sino también dinámicas físicas y socio-espaciales que merecen reconocimiento y validación en la construcción de nuestra memoria histórica colectiva. Con seguridad aun hay mucho por descubrir. 

Estudio Techint- 1956

domingo, 29 de diciembre de 2013

Desigualdad, Percepción y Ciudad

EL DEBER me pidió que escriba sobre los resultados de la Encuesta de Percepción. La Desigualdad en Diez Ciudades Latinoamericanas 2012 (EPDdCL). Lastimosamente, lo que escribí se editó y decidí incluir el texto completo a continuación:

La desigualdad se entiende en función al sistema económico dominante: el capitalismo. Todo sistema capitalista se basa en la creación de relaciones desiguales entre el trabajador y el empleador. Ya que las ciudades son los centros neurálgicos del desarrollo capitalista, la desigualdad urbana es un problema constante, aunque su severidad variará en el tiempo.

Existen diversas maneras de lidiar con la desigualdad. Desde círculos académicos, el estudio de la desigualdad pasa por su medición científica: sistemas de estratificación basados en la distribución de la riqueza. En algunos casos, se parte del salario mínimo y el análisis de la situación ocupacional. En otros, en las necesidades básicas insatisfechas. Con datos censales, se detectan lógicas de ocupación espacial y tendencias de crecimiento según el ingreso familiar.

Desde el ámbito político, la ideología o visión de desarrollo de los gobernantes incidirá en el tratamiento que las políticas contra la desigualdad tendrán. ¿Se basarán en doctrinas liberales o generarán tendencias de distribución equitativa? ¿Se considerará la desigualdad un problema prioritario a combatir o no? Los gobiernos locales inciden directamente en la generación de estrategias de crecimiento urbanístico, económico y social. A mayor descentralización e instrumentos de planificación urbana, más notorio se convierte el rol de las alcaldías en la promoción de crecimiento de una ciudad.

Desde la aplicación de las políticas neoliberales, en el mundo se acumularon estudios que demostraban que la desigualdad estaba convirtiéndose en un problema cada vez mayor. La década de 1990 en particular, tuvo como resultado ciudades con brechas históricas entre ricos y pobres. Siendo América Latina una de las zonas con mayores niveles de desigualdad, corroborar su existencia no es novedoso. Lo que sí es un fenómeno nuevo, es que la insatisfacción que ésta produce está creciendo, y se evidencia en las protestas exigiendo mejores servicios urbanos.

El estudio realizado sobre la percepción de la desigualdad en Santa Cruz ofrece una mirada preliminar a la realidad cruceña. Los habitantes de la ciudad no ven la desigualdad como un problema prioritario. Esto puede deberse a una serie de factores, como el crecimiento económico y la falta de regulación en la cosa pública, alimentando la idea de que aun existen grandes oportunidades económicas y de iniciativas individuales. Mientras persista una sensación colectiva de bienestar o de satisfacción, el conflicto no prospera, lo que lleva a mantener los niveles de optimismo. Otro aspecto a resaltar es el vínculo que las personas realizan entre la desigualdad y problemas cotidianos: el conflicto social, la seguridad, la convivencia con otros y la confianza entre ciudadanos, lo que demuestra que se establece una relación de causa y efecto.

Es importante señalar dos cuestiones. La primera es la desigualdad como hecho: aceptar que ésta existe es importante, mientras concibamos que su disminución es una meta a cumplir. Pero para abordar la desigualdad no basta sólo con su percepción como problema. Hay que comprobar dónde se localiza, cuáles son sus causas reales y definir estrategias para combatirla. Para ello, la percepción no es suficiente, necesitando más estudios y el manejo de herramientas de planificación que profundicen en ello.


La segunda cuestión es la finalidad de esta encuesta. La medición de percepción social respecto a hechos o problemas urbanos es particularmente importante para los gobiernos locales. Ya sea desde el ejecutivo, (manejando indicadores censales para la elaboración de políticas públicas) o desde el legislativo (mediciones sobre la percepción ciudadana sobre temas determinados), los gobiernos locales utilizan estos datos para que sus políticas se apeguen a la realidad y a la opinión pública. Los sectores críticos del poder local percibimos un rechazo a este tipo de iniciativas (recuérdese la creación del Instituto de Planificación Urbana, hoy paralizado), lo que pone en duda su utilidad inmediata.

Para ver el artículo completo, haga click en el siguiente link:

Sobre la Encuesta de Percpecion:

martes, 5 de noviembre de 2013

Entre quintas y embargos


Hace tiempo que en Santa Cruz de la Sierra vive bajo una nube negra que oscurece las posibilidades de transformación democrática.  Esta vez no se trata de las siempre tortuosas relaciones entre poder central-poder local, sino de lo que pasa en casa: de un gobierno municipal despótico y sumido en un mar de críticas. 

La teoria urbana hace hincapié en la posición privilegiada de las ciudades como locus de transformaciones políticas. Precisamente, las ciudades en Occidente tienen una larga tradición histórica de participación que se traduce en activismo, protesta y reivindicación. Desde la Edad Media hasta el presente, los principales cambios que los Estados Modernos han sufrido, se han gestado en ciudades. Gracias a ello, las ciudades lograron crear espacios de elección de autoridades, derechos civiles y laborales, políticas de inclusión que incluyen vivienda, servicios básicos, seguridad, y mas participación política. No por nada la cuestión urbana fascina por el potencial de transformación y de creación de ideas de diversa índole.  

Quienes se movilizan e intentan crear plataformas ciudadanas, lo hacen porque buscan defender un proyecto de ciudad y por ende, de sociedad. En el caso de Santa Cruz de la Sierra, uno de los momentos mas importantes en la historia política urbana fueron las luchas cívicas del 11% en 1959. A raíz de ello, se logró crear un modelo de ciudad basado en valores especificos: cooperativismo y servicios basicos. 

Si bien este modelo tuvo amplia vigencia, las reformas neoliberales lo destruyeron. Desde la década de 1990, la ciudad se encuentra carente de propuestas políticas de cambio. Por supuesto, no ayuda la ausencia de institucionalización de la administración publica local, la carencia de políticas de desarrollo que incluyan indicadores urbanos, defensa de los derechos ciudadanos, las prácticas clientelistas enraizadas en las juntas vecinales y el menosprecio a la planificación. 

El resultado es una ciudad en donde la critica se prohibe, produciendo en consecuencia una ciudad embargada. Las autoridades corruptas y despóticas persiguen sus propios intereses económicos  sumidos en una espiral de negociados. Los resultados están a la orden del día: el despojo ilegal de sus puestos a concejales electos, despidos forzosos para complacer al presidente por motivo de reclamos legítimos, arbitrarias políticas de crecimiento urbano sin justificación, constantes ataques a la prensa y a la ciudadanía. 

En este contexto, el conflicto por la Quinta Municipal cobra un lugar estratégico. Podrá la ciudadanía responder al desafío de luchar por el bien común? Entenderemos como cruceños lo que está aquí en juego? Basta de atropellos y de arbitrariedades. Basta de lucrar a costas de quienes viven y creen en Santa Cruz con la excusa de ser "servidores y amigos". Nuestra ciudad se merece más que eso. O no? 

viernes, 1 de noviembre de 2013

Sobre la omisión del himno cruceño

La omisión del himno cruceño en el acto oficial del 24 de septiembre puede interpretarse de dos maneras. Por un lado, puede otorgársele el beneficio de la duda a los responsables de organizar este acto. Se puede pensar que, efectivamente, fue un error humano. Sin embargo, existen errores imperdonables, debido al costo de la imagen pública de un gobierno o de sus líderes.
Estas situaciones, comunes en política, suelen costarles el cargo a los funcionarios que incurrieron en el error. Esto es algo que debería ya haberse planteado por los organismos responsables del evento y enmendado de inmediato, pidiendo disculpas y dimitiendo al encargado de su puesto. Sin embargo, en Bolivia estamos acostumbrados a que este tipo de error sólo reciba una reprimenda superficial.
La segunda interpretación de lo sucedido apela a la coyuntura política poco favorable para los intereses regionales que está viviendo Santa Cruz. En este contexto, la omisión del himno cobra un sentido simbólico, dado el repentino apego del empresariado cruceño al poder masista y el aparente abandono de los valores democráticos que deberían defender una economía social de mercado por un simple oportunismo económico, un pragmatismo coyuntural que apela a la protección de los intereses capitalistas, tanto cruceños como del gobierno.
Lo sucedido no podría estar más cargado de ironía, y el olvido de incluir al himno termina siendo una demostración física de los cambios producidos en el campo político. Esto es un hecho incuestionable.
Por supuesto que lo sucedido, dado el momento en que esto ocurre, generó malestar, y no es para menos. Al margen de la molestia entre los sectores defensores de la causa cívica y del respeto que los símbolos oficiales merecen, este hecho acompañó un momento importante para la historia política regional, en donde las fuerzas privadas deciden “poner de lado” las diferencias ideológicas, culturales e históricas exacerbadas por el propio gobierno, olvidándolas y negando que éstas fueron casi innegociables (las mismas marcarán por décadas la conciencia colectiva regional).
¿Fue el resultado de algo premeditado, fue un error humano o fue algo simbólico? Quizás nunca sabremos esto a cabalidad. Lo que sí sabemos ahora es que a veces la realidad se compone de ironía y que, ante la bofetada que este error causó a la ciudadanía, terminaremos poniendo la otra mejilla.


Autor: Ana Carola Traverso

Para ver el artículo original:
http://www.semanariouno.org/index.php?c=Portada&articulo=Sobre-la-omision-del-Himno-Cruceno&cat=1&pla=3&id_articulo=1524

domingo, 22 de septiembre de 2013

Santa Cruz 2.0 y la Deuda Social*

Pasado, presente y futuro se tejen en una red de escenarios en mi mente al intentar imaginarme una ciudad mejor. No me queda otra alternativa, ya que el presente es un panorama preocupante para quienes creemos en las reformas urbanas. Al idealizar el futuro de la ciudad, pienso en los asuntos pendientes: servicios sociales ausentes que nadie menciona, pero que ya están encendiendo focos de alarma entre aquellos cautos que saben de estas cosas. Desde un presente color naranja, opto por navegar hacia un futuro verde esperanza, intentando crear utopías –por ahora fragmentarias– de una ciudad mejor.


La ciudad que anhelo será diferente a la que veo hoy. Será un lugar con gente que conoce su pasado, valorando los años transcurridos. Estará libre de mitos falsos sobre sí misma, porque entenderá sus complejas raíces y la grandeza de su gente. Recordará que sus abuelos fueron hombres pobres pero nobles. Reconocería que su genialidad histórica radicó en ser levantista, en creer en sí misma, en saber que se merecía algo mejor y que podía construirlo. Sabrá que el mejor momento en su historia fue cuando forjó un modelo de Gobierno a la cruceña: autárquico, basado en valores de autogestión.

La Santa Cruz de la Sierra que sueño reconocerá cuánto avanzó en formar a sus vastas filas de trabajadores no calificados, entendiendo que la globalización la tomó por asalto. Seguirá siendo una ciudad joven, pero la población estará constituida por personas que pueden ejercer su profesión libremente con salarios decentes y que sueñan con crear empresas. Será una ciudad que apueste por generar empleos y servicios innovadores, donde la creatividad de sus habitantes tenga eco. 

En esta ciudad del futuro, el respeto será una norma común de conducta. Se confiará en el otro, no se le tendrá miedo y primará la igualdad en el trato. Será solidaria. Las familias de clase trabajadora tendrán a quién acudir para el cuidado de sus niños. Los jóvenes cultivarán su espíritu imbuidos en el arte, aprendiendo a ser ciudadanos dignos. Los adultos mayores también contarán con asistencia. 
Se podrá viajar desde Montero hasta El Torno en tren sin paros ni incomodidades. Habrá una conciencia general sobre la salud, el ejercicio, la nutrición y la limpieza. Seremos una ciudad verde. Lejos estará la visión de una ciudad a la que solo le importaba el cemento y el hormigón, porque escucharía el pulso popular. Apostará por alejar a sus habitantes del crimen, la pobreza y el olvido.

Pasado, presente y futuro sirven para recordar lo doloroso que fue sufrir los vejámenes producidos por gobiernos tiránicos, por lideres déspotas, ignorantes y traidores de la democracia y de su pueblo. En este futuro ideal se tendrá presente que casi perdimos la batalla contra la corrupción, el narcotráfico y el centralismo estéril. Habremos castigado la desidia de villanos y rufianes que creyeron que el poder es eterno, pero que olvidaron que su infamia se las cobraría la historia.

Al imaginarme cómo llegar a este futuro de ensueño, me percato de que la vida en las ciudades puede fácilmente transitar del paraíso al infierno, ya que nosotros construimos nuestro propio entorno físico, social y espacial. Por ello, cambiar hoy es inminente. Soñar en colectivo, con un futuro urbano en donde la justicia social vale, es imperativo, devolviéndole a la gente la esperanza de una cuidad con futuro. Es que al fin de cuentas, soñar no cuesta nada.

*Fragmento de la nota: Un futuro igualitario y sostenible soñado por cruceños, escrita por Pablo Ortiz en El Deber, 22 de septiembre de 2013. El texto es de mi autoría. Para acceder al artículo original, haga click aquí: http://www.eldeber.com.bo/nota.php?id=130921102445

jueves, 25 de julio de 2013

Deforestación de Santa Cruz de la Sierra

Un amigo muy querido me escribió para consultarme algunas cuestiones referidas a la deforestación de la ciudad de Santa Cruz. Según el informe del Colegio de Ingenieros Ambientales, el 76% de los árboles ha desaparecido entre 1986 al 2011. La Alcaldía, mediante la Dirección de Parques y Jardines, argumenta que se han sembrado alrededor de 400.000 árboles desde el 2005. La denuncia está hecha y las imágenes satelitales no mienten. Pero, ¿qué implicaciones tiene esto en la calidad de vida de los cruceños?

El problema de la deforestación dentro de una ciudad, es lastimosamente, el costo que se paga por la urbanización. Tener una ciudad grande y consolidar un área metropolitana irá en desmedro de bolsones verdes, porque la construcción de espacios urbanos los absorberá. Esto es un proceso irreversible e inevitable. Sin embargo, el impacto puede mitigarse. 

Precisamente, existen en la actualidad, una serie de herramientas que la planificación utiliza para la incorporación de prácticas ecológicamente amigables y sostenibles. Es más, desde la primera Cumbre de la Tierra, realizada en Estocolmo en 1972, se comenzaron a plantear temas vinculados a políticas de medio ambiente que paulatinamente han pasado a formar parte de nuevas agendas públicas sobre conservación, desarrollo sostenible y temas afines. 

Con esto dicho, ¿cuál es la situación real de la ciudad? Existen dos informes sobre deforestación: el del Colegio de Ingenieros Ambientales y el que maneja la Dirección de Parques y Jardines. Angélica Sosa, principal responsable por esta repartición, argumentó que el informe presentado por este colegio profesional contradice sus 400.000 árboles plantados desde el 2005 y defiende su labor. 

Si bien es cierto que desde el 2005 se consolidó un sistema de parques y jardines en la ciudad (cerrados en la mayoría de los casos), el tipo de urbanismo que se ha implementado desde el inicio de las grandes obras públicas hasta el presente -y esto incluye la repartición a cargo de Sosa- responde al modelo del urbanismo progresista, en donde se diseña considerando parámetros de racionalidad y la introducción de técnicas modernas en la construcción de ciudades: la estandarización de la producción del espacio; la utilización del acero, cemento y hormigón armado; la cuadrícula y la línea recta; y el automóvil como principal medio de transporte (el espacio público debe evitarse a toda costa). Estos son los ejes centrales de este tipo de diseño y no hay espacio para las divergencias. 

A partir de la crítica posmoderna, todo lo que se creía se puso de cabeza y desde el urbanismo se comenzaría a revisar lo que se había hecho en las ciudades, intentando entender por qué existían tantos problemas sociales asociados a la falta de un enfoque orgánico del espacio, si se habían invertido millones en el proceso. ¿Dónde quedaban los rasgos que marcaban la diferencia dentro de la ciudad? ¿Por qué la obsesión por homogeneizar todo, construir sólo en función del automóvil, no incluir lo particular, lo natural, lo verde inclusive, a la planificación? 

Volviendo a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, existen pocos casos emblemáticos de un paisajismo urbano que recupere las especies vegetales de tal manera que pongan en valor aquello que las hace particulares. Los ejemplos de malas prácticas abundan. Uno de los casos más lamentables es la zona de La Cieguita, donde en el canal de drenaje y en las aceras se sembraron totaíses, en un lugar con una vegetación notoriamente distinta. Lo mismo se puede decir sobre el Parque Urbano, que carece de una intervención paisajística apropiada, considerando la riqueza del patrimonio natural cruceño. Los arroyos y riachuelos existentes son convertidos en canales revestidos de cemento, sin ninguna consideración ambiental. Las aceras del centro apenas tienen árboles, al igual que las principales avenidas. Es más, las mejores intervenciones continúan siendo las que realizara en su momento, el biólogo y naturista Noel Kempff Mercado en la década de 1970.

Con ello no pongo en cuestión el valor de crear espacios verdes, de invertir en recuperar mangales o áreas con valor arbóreo, situación que sí fue uno de los principales logros del gobierno local durante los últimos 8 años. Esto ha sido positivo y beneficiado a los habitantes de la ciudad. Sin embargo, debe haber espacio a críticas constructivas. 

La problemática sobre deforestación vegetal en la ciudad debe considerar otros elementos más allá de la cantidad de árboles sembrados. Algunos de ellos son:


  • Vigencia de políticas para promover la densificación de la ciudad- mientras más población concentrada, menor la tendencia de dispersión y por ende, de utilización de más espacio.
  • Introducción de impuestos progresivos a los terrenos no urbanizados DENTRO del radio urbano- para luchar contra los "lotes de engorde" y contra la especulación urbana, muchas ciudades en el mundo optaron por la introducción de impuestos progresivos a la tierra urbana (lo que significa que cada año se cobra más), sólo aplicables a terrenos de un determinado tamaño y en zona urbanizable. Esto ayuda a construir en las áreas destinadas a ello y generar mayores opciones de vivienda, pudiendo promover la recuperación de espacios fuera del área urbanizable en donde ya se haya construido. 
  • Introducción de alternativas de desarrollo económico orientadas a prácticas verdes y sostenibles- ante cuestiones como la deforestación de áreas verdes y la expansión de la mancha urbana, el municipio podría trabajar promoviendo prácticas amigables al medio ambiente. Éstas incluyen huertas vecinales, la preservación de grandes áreas verdes en zonas aptas para el desarrollo rural y alternativas de desarrollo económico, mediante subvenciones o apoyos de diverso tipo. Se pueden recuperar espacios para la preservación de elementos que hoy componen el patrimonio cultural y natural cruceño, como la palma de saó, árboles frutales y sus derivados, entre otros.   
  • Alianzas estratégicas para la preservación de áreas verdes comunes dentro del área metropolitana- esto implica analizar cómo se puede preservar conjuntamente las áreas de interés común como el río Piraí, las lomas de Arena u otras áreas que afecten tanto a municipios como a la gobernación de manera coordinada, asignando responsabilidades compartidas.
  • Manejo de estadísticas e indicadores- Sosa arguementa que existe una oficina que recibe llamadas de vecinos solicitando cortes de árboles y que también recibe llamadas sobre talas ilegales. ¿Cuántas denuncias se reciben por año? ¿Incrementa el número de denuncias o disminuye? ¿Dónde se consiguen estos números? ¿Existen campañas de educación en la población, mostrando los beneficios de lo verde? De nada sirve plantar árboles si no existe una conciencia colectiva sobre su importancia para mejorar la calidad de vida. 
  • Campañas de educación- a pesar de citar un censo arbóreo y el manual de arborización urbana, nadie conoce estos estudios. No están disponibles en la internet y no se difunden. Se podría difundir este tipo de información de diversas maneras (repartirlo con la boleta de luz, con las libretas de las escuelas, puerta a puerta, etc.) y especialmente, utilizar  internet, puesto que en la era digital, todos (incluyendo personas de edades y clases sociales diversas) tienen acceso al conocimiento. 
En fin, al revisar la lista, me pregunto cuántas de estas iniciativas son realmente consideradas por Parques y Jardines dentro de su programación anual presupuestaria. No todo es cemento, hormigón y ladrillo. Seguir pensando en dejarle la ciudad a las leyes del mercado (oferta y demanda), sin ningún tipo de control o regulación alguna, creyendo que eso nos traerá mayores beneficios, es tan ingenuo como pretender que se ha solucionado la problemática ambiental sembrando 400.000 árboles en 5 años. 


Mapa de vegetación- 1986


Mapa de vegetación- 2013






jueves, 9 de mayo de 2013

Migración en la Ciudad de Santa Cruz de la Sierra (en base a las conclusiones de Allyn McLean Stearman)




El primer estudio realizado sobre el impacto de la migración en Santa Cruz de la Sierra se realizó entre 1960 y 1970, por la antropóloga americana Allyn McLean Stearman. Como tema de estudio de su tesis doctoral, Stearman analizó el proceso de migración a las tierras bajas, en concreto a estudiar cómo las comunidades de Santa Cruz de la Sierra, Warnes, Montero y San Carlos estaban adaptándose a esta nueva realidad social. 

La principal conclusión de Stearman es que la migración estaba compuesta por nuevos habitantes provenientes tanto de la región andina del país como también por migrantes cambas. Los resultados en relación a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra se presentan a continuación.