Muchos consideran la ciudad de Santa Cruz de la Sierra como una ciudad nueva. Casas, edificios, barrios y zonas enteras parecen haberse erigido hace apenas unas décadas atrás. Si bien esto puede parecer cierto desde el punto de vista del desarrollo urbano producido a partir de 1950 en adelante, esta afirmación no es del todo precisa. De hecho, existe una historia poco estudiada respecto a la ciudad tradicional, la ciudad en la era pre Plan Techint.
Es indiscutible reconocer que el Plan Techint marcó un hito importantísimo en la historia de la ciudad. Este plan definiría para siempre el diseño urbano de Santa Cruz de la Sierra. El tipo de urbanismo propuesto en el Techint se centró en el modelo de la ciudad jardín. Además de dar los lineamientos básicos de diseño -que valga reconocer, se modificarían posteriormente- este plan contuvo una propuesta de urbanismo en donde determinadas ideas, como la de justicia social y acceso a la ciudad fueron incluidas y plasmados en su dimensión socio-espacial. Este aspecto urbanístico es vital para entender el éxito de la ciudad como centro urbano en las décadas siguientes.
Al estudiar el ejido urbano en la era pre Techint, varios elementos saltan a la vista. Partiré de los más evidentes. Por ejemplo, algunas zonas en proceso de formación de la entonces periferia (fuera del actual Primer Anillo), tenían una densidad poblacional mayor a 50 habitantes por hectárea, entre los rangos de 51 a 100 hab/ha. y 101 a 200 hab/ha. En concreto, hacia el Este se puede citar la zona alrededor del Cementerio General, que incluye el antiguo Barrio Obrero, hacia el Norte el barrio Paraíso, al Sur El Trompillo y El Pari, y hacia el Oeste el entonces naciente barrio San Luis al igual que otros más. Esto es una clara indicación de los patrones históricos de crecimiento hasta 1956, determinando barrios y secciones relativamente ocupadas y consolidadas antes de la implementación del plan que modernizaría la ciudad. Asimismo, Lazareto y El Tao ya existían, al igual que otros asentamientos en la prolongación de las avenidas Busch, Cristo Redentor y alrededores del barrio Polanco, con densidades más bajas.
Un segundo aspecto a resaltar es la relación entre la ubicación de los entonces dos únicos mercados (Los Pozos y 7 Calles) y las altas densidades por hectárea de sus zonas circundantes. A esto se debe añadir al análisis la ubicación de tambos, las viviendas de las clases populares. Entre las principales características de este tipo de vivienda se incluye el hacinamiento. Sus ocupantes, carentes de vivienda propia, debían convivir en espacios reducidos con otros que compartían la misma situación. Los Pozos contaba con los tambos Moreno, Jimenez, Ribera y Cosmini en su zona de influencia. En el caso del 7 Calles, se encontraban los tambos Rojas, Vega y García. Asimismo, puede evidenciarse que durante el transcurso de la década entre 1946 y 1956, se consolidaría una nueva área con un patrón de asentamiento irregular en las zona del antiguo matadero, hoy conocida como La Ramada. Para 1956, la densidad por hectárea en la mayoría de las manzanas que componen esta zona era ya alta. Otras áreas de alta concentración poblacional fueron la intersección entre las calles Buenos Aires, Santa Bárbara y España, donde se localizaban los tambos Altos y Campodómico. Lo mismo sucedía en la calle Cochabamba, entre Salvatierra y Moldes, que coincide con el tambo Bruno, que contaba con uno de los niveles más altos de hacinamiento entre todos los tambos registrados. Por último, también pueden citarse los tambos ubicados entre las calles Campero y Abaroa, como los tambos Rivero, Murucuyá, Herrera, Comercio, Acosta, Añez, Sosa y Pedraza.
La mayor parte del área ubicada dentro del actual Primer Anillo registraba densidades mayor a los 51 habitantes por hectárea. De hecho, apenas un aproximado 19% de las manzanas contenidas en la zona central contaba con una densidad menor a este rango, lo que se podría considerar como zonas con baja densidad. Es más, 16% se encontraba entre los 51 y 100 habitantes por hectárea (densidad media), 47% oscilaba entre los 101 y 200 habitantes por hectárea, 17% se encontraba entre la franja de 201 y 300 habitantes por hectárea mientras que menos del 1% registra una densidad de 300 habitantes o más por hectárea. Esto indica que alrededor del 65% del área dentro del Primer Anillo actual registraba una concentración poblacional de 101 habitantes por hectárea o más. Considerando que la tipología de vivienda predominante era la vivienda unifamiliar aislada o parcelada, de una planta, se puede deducir la existencia de hacinamiento medio y alto en este espacio.
Pueden generarse mayores abordajes y elementos de análisis en base al presente mapa de densidades registrado por los estudios de Boyle Engineering en 1956. Documento de alto valor para los estudios urbanos, ésta es una fuente que merece ser rescatada y desmenuzada con atención. Re-conocer la ciudad y sus procesos es una tarea pendiente. Aunque estamos acostumbrados a asociar la ciudad de Santa Cruz con un crecimiento vertiginoso, con ansias increíbles de cambio, mutación y transformación, a veces es necesario reflexionar respecto a los aspectos de nuestro pasado. Quizás logremos reivindicar no sólo elementos socio-culturales y arquitectónicos generalmente obviados, sino también dinámicas físicas y socio-espaciales que merecen reconocimiento y validación en la construcción de nuestra memoria histórica colectiva. Con seguridad aun hay mucho por descubrir.